TECHO Y COMIDA

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Llegará a nuestras salas el 4 de Diciembre, TECHO y COMIDA, convertida en la película revelación del Festival de Málaga 2015, donde obtuvo el Premio a la Mejor Actriz para Natalia de Molina, el Premio del Público a la Mejor Película y Premio a la mejor opera prima.


Película: Techo y comida. Dirección y guion: Juan Miguel del CastilloPaís: España.Año: 2015. Género: Drama. Reparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé. Producción: Germán García y Alfred Santapau. Estreno en España: 4 Diciembre 2015.  Web Oficial : www.techoycomida.co


En el año 2012, casi 13 millones de personas en España se encontraban en riesgo de pobreza y exclusión social, la película TECHO y COMIDA narra la dura historia de una de ellas, una película realista de carácter social, sin caer en la sensiblería, ni en la lágrima fácil, conmueve al espectador, tocándole la fibra sensible, al hacerle cómplice de una situación difícil, complicada, angustiándole, removiéndole las entrañas, pues en seguida se identifica con la trama y sus personajes.

Rocío, una joven madre coraje, soltera, sin trabajo y sin recibir ayudas, ni subsidios, apenas tiene para comer.

Por vergüenza, pero sobre todo por miedo a perder la custodia de su hijo, Adrián de 8 años, sufre en soledad esta angustiosa situación, aparentando tener una vida normal.

Por suerte tiene la ayuda de un alma caritativa, un ángel de la guarda, su vecina María, una viuda, que parece adivinar, las necesidades de la familia, ofreciéndoles lo que puede, lo que tiene, una mujer generosa y bondadosa, la única que les tiende una mano, la única que parece intuir la situación, un rayo de luz en la oscuridad.



Como miles de personas, Rocío, no pierde la esperanza en encontrar un empleo, las entrevistas se suceden, ante la esperanza de un trabajo de limpiadora, trabaja eventualmente para el “marqués” repartiendo folletos publicitarios por la calle.

La situación empeora cuando Alfonso, el propietario de la vivienda, donde habita y que no paga desde hace 8 meses, debe hacerse cargo de la hipoteca de su hijo, sin trabajo una víctima de la crisis, viéndose obligado a emprender acciones legales contra Rocío, una lucha contrarreloj  para conservar su hogar.

Perfecta radiografía a la actual crisis de un país, reflejada en las dificultades de las clases más desfavorecidas, haciéndonos partícipes de su vida cotidiana, su precaria vida, un calvario muy difícil de superar, una película muy humana que da voz a los que normalmente no la tienen.



Su director Juan Miguel Castillo (entrevista), en su laureado corto, “Rosario” (2007) daba muestras de su interés por los temas sociales, con un enfoque muy humano, tras trabajar en documentales y como montador de programas de TV, nos presenta su ópera prima, una joyita muy cuidada, tras participar en el pasado Festival de Málaga, se alzó con 3 premios, a la mejor actriz, premio de público y mejor opera prima.

La historia se desarrolla de forma sutil, delicada, emana verdad, con una personal visión de la miseria, invita a la compasión, pero sobre todo a la reflexión, gracias a unos fotogramas muy contundentes, su fuerza, la sencillez sin necesidad de adornos.



Techo y comida es una película, dura, triste, amarga, indignante, injusta, conmovedora, sentimental, toca temas de actualidad como los desahucios, el desempleo, la pobreza, la exclusión social y las apariencias, proporcionándome dos grandes reflexiones, la primera ¿que motiva a la gente a silenciar sus desgracias?, apariencia, vergüenza, miedo al rechazo,…. creo siempre hay alguien en quien confiar, alguien en quien apoyarse en los momentos duros, porque al hacerlo invisible, impides la solidaridad de la gente, la segunda reflexión es la banca fue rescatada por su mala gestión, pero, ¿quién rescata a las personas?,  una dura crítica al sistema financiero actual, a los bancos, a la burocracia, al papeleo, dibujándonos el negro presente, de las personas sin recursos, que sobreviven como pueden, gracias al ingenio y la picaresca.

Las ayudas tardan en llegar, viven gracias a los amigos, la caridad, los comedores sociales, de trastear la basura, trabajos eventuales, sin llegar a cubrir las dos necesidades básicas que nombra el film un techo donde cobijarse y un plato de comida.

Muy buena elección del casting, donde dos actuaciones destacan sobre el resto, primeramente la gran labor de Natalia de Molina que tras ganar su primer Goya en 2014, como actriz revelación por “vivir es fácil con los ojos cerrados”, pone los mimbres para un segundo galardón, emocionándonos en su primer papel protagonista, ella es la película, con un arco interpretativo muy duro y complejo, muestra un sinfín de sentimientos, en una actuación contenida, tan magnífica como desgarradora, sabiendo mostrar el miedo, la impotencia y la angustia de una madre sumida en la desesperación.



La segunda interpretación a destacar es la de Jaime López, niño escogido entre más de 150, como anécdota decir, que a punto estuvo de no ir al casting, pues tenía décimas de fiebre, pero gracias a su insistencia, sus padres claudicaron, cosa que agradecemos, augurándole un gran futuro, gracias a una interpretación tan natural como brillante.

Muchas serían las escenas a destacar, pero fueron dos las que me sobrecogieron, la primera, la escena en la que los protagonistas se comen una hamburguesa, con unas ganas tras días de mal comer, escena para reflexionar y la segunda escena una escena cuya fuerza está en el contraste, mientras en primer plano Rocío y Adrián se abrazan de tristeza por su desconsolada situación, mientras en segundo plano la gente festeja el triunfo de la selección Española, ayudando a fortalecer el dramatismo de la escena.



Techo y comida, cala hondo en la mente y alma del espectador, un drama social sin edulcorar, cuya fuerza estriba en un guion contundente, muy bien ejecutado por unos actores que viven la experiencia, sin necesidad de actuar, proporcionando verdad a una historia dura y muy humana, perfecto ejemplo de cómo hacer buen cine con bajo presupuesto, pues fue realizada mediante crowdfunding, al acabar, la sala irrumpió en un aplauso sentido y espontáneo, ¿tú también piensas aplaudirla?



              

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